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La construcción de una planta de producción es un proceso complejo que requiere integrar de manera eficiente el diseño arquitectónico, la ingeniería estructural y las instalaciones industriales. A diferencia de otros proyectos, este tipo de infraestructura debe responder a exigencias operativas específicas que impactan directamente en la productividad.
Uno de los principales desafíos es la flexibilidad del espacio. Las líneas de producción cambian con frecuencia debido a la incorporación de nuevas tecnologías, la necesidad de aumentar capacidad o la introducción de productos distintos. Una planta bien planificada considera áreas modulares, pasillos de circulación definidos y sectores de expansión que permiten crecer sin afectar la operación.
Otro punto clave es la seguridad y continuidad operativa. Las instalaciones eléctricas, de climatización, ventilación y redes contra incendio deben diseñarse con criterios de redundancia y accesibilidad para mantenciones. Un error en esta etapa puede significar paradas de planta con altos costos asociados.
En industrias reguladas —como alimentos, farmacéutica o química— se requiere cumplir con estrictas normativas de higiene, trazabilidad y control de emisiones. Por ello, materiales como pisos de alta resistencia, recubrimientos lavables y sistemas de ventilación con filtros especiales resultan indispensables.
SBH aporta valor al integrar todas las especialidades en un solo flujo de trabajo. Desde la ingeniería básica hasta la construcción y puesta en marcha, se entregan plantas listas para operar, con soluciones enfocadas en eficiencia energética, reducción de costos de ciclo de vida y capacidad de adaptación a largo plazo. Este enfoque garantiza instalaciones seguras, productivas y competitivas en el mercado.
